ASTRONÓMICA

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RicardGaju

¿Quieres ver un motor de combustión externa?

Tras los saludos iniciales estas fueron las primeras palabras de Ricard Gaju cuando le visité en su domicilio del barrio del Guinardó de Barcelona y mientras me hacía la demostración del motor me di cuenta de lo heterodoxa que sería esta entrevista.  

Su vivienda ya explica muchas cosas de esta notable persona: todo impecablemente limpio y con un desorden perfectamente organizado. El comedor está repleto de libros, artefactos diversos, telescopios, montones de papeles, etc. ¡pero no es el caos! Todo está en su sitio. Sólo hay que saber cuál es, aunque el único que lo puede saber es el propio Ricard. Un poco aturdido por la situación, los dos primeros pensamientos que me vinieron a la cabeza fueron: “ciencia” y “acogedor”.

Lo que yo sabía de Ricard era poco: un socio histórico de la Agrupación experto en la observación solar. Pero esto no es cierto ¡sería una simplificación demasiado grande!: Ricard es muchísimo más. En el transcurso de varias horas y de la comida que compartimos la semana siguiente, pude conocer una persona muy especial, con una larga y apasionante vida y con una gran personalidad.

En primer lugar indicar que su vertiente astronómica, la que más nos interesa aquí, es muy importante para Ricard, pero no es la única: tiene otras muchas aficiones. Por ejemplo, también ocupa la Secretaria General de la Asociación Blanquerna y es miembro de otras asociaciones. En lo profesional ha dedicado toda su vida a Radiotelevisión Española, trabajando en Madrid y en Barcelona. Esto es crucial para entender quién es Ricard Gaju. Pude ver imágenes con sus compañeros de trabajo, algunos fueron figuras célebres de la TV que yo ya tenía olvidadas y ¡fotografías recibiendo una condecoración de los anteriores Reyes de España! Ricard aportó mucho a TVE y RNE, primero en el despegue de la televisión pública y después en su gradual modernización.
Pero volvamos al Ricard apasionado de la Astronomía. Le entrevisté y estas fueron algunas de las cosas que me dijo. Imposible reproducirlas todas ya que ocuparíamos cien páginas: Este es un resumen de lo que tuvo la amabilidad de compartir conmigo:

¿Cuál es tu formación de base?
Tengo que decirte que una persona es lo que ha hecho en su vida y no lo que ha estudiado, pero bueno, mis estudios fueron de Náutica y de Peritaje Industrial en Telecomunicaciones.

Esta formación y, especialmente tu dedicación profesional a Radiotelevisión Española han incidido decisivamente en tu vida…

En efecto. Tengo mil recuerdos de mi larga estancia en RTVE – Ricard me muestra numerosas fotografías y entre ellas me llama la atención un dibujo-

¡Este dibujo está firmado por Jaume Perich!

Cierto, me lo dedicó en 1984. Sabía de mi afición a la astronomía. En él dibujó a alguien que me representa a mí, explicando cosas de las estrellas… pero el niño que me acompaña se distrae con un simple globo…

Seguro que tiene para ti un gran valor sentimental. Perich fue un gran humorista gráfico que falleció en 1995… pero ¿Cómo se inició tu afición a la astronomía?

Tendría unos 7 o 9 años cuando mi padre, que regentaba un negocio de venta de vinos y que sabía de mi interés, me dijo que tenía un cliente que podía enseñarme su observatorio, con un telescopio y un sismógrafo.

¿En qué consiste tu colaboración con la Agrupación?

Coordino las observaciones solares de la Astronómica de Sabadell, primero lo hacía con Josep Costas y tras su fallecimiento lo sigo haciendo, publicando los resultados de un buen grupo de observadores en ASTRUM, en la web de la Agrupación y presentándolos en las Convenciones de Observadores.

Eso era bastante peculiar en esos tiempos.

Sin duda. Visitamos este observatorio en un barrio de Barcelona. Además de ver el telescopio, que me asombró mucho, observamos Júpiter, sus satélites y la Luna. Quedé absorto por lo que vi. Yo, entonces, no comprendí lo importante que era ese lugar y la persona que me mostró los astros. Era Josep Comas i Solà en el observatorio de su domicilio.        

¿Comás y Solà te hizo una sesión de observación privada en su casa?

¡Sí! Con el refractor Grubb de 16 cm, con el que había hecho muchos de sus descubrimientos…

¡Increíble! Yo soy un admirador de Comas i Sola. He buscado manualmente sus asteroides y los he observado visualmente, he medido su estrella variable y espero tomar imágenes de su cometa periódico. Tienes toda mi admiración… y digámoslo claro porque es muy cierto: ¡tienes toda mi envidia! ¿Qué te llamó más la atención de esa sesión de observación?

Han pasado muchos años, pero recuerdo bien los satélites de Júpiter. Observamos como su posición cambió entre el inicio de la sesión y el final de la misma, tras entretenernos con las explicaciones de Comas i Solà y la visión espectacular de La Luna. Esta visita hizo que mi incipiente interés por la astronomía empezara a convertirse en una gran afición.

¿Qué otras personas incidieron en tu afición?

Muchas, pero si tengo que elegir diré, que, además de Josep Comas i Solà, hay que mencionar, como mínimo, a Federico Armenter de Monasterio y a Josep Costas.

¿Cómo incentivaron tu pasión?

Federico, primero, a través de sus artículos divulgativos en "La Vanguardia" y después, cuando le conocí personalmente, me inició en la observación solar, lo que ha sido mi pasión astronómica fundamental: de hecho en la actualidad sigo observando el sol diariamente, determinando el número de Wolf.

Esto es sin duda una muestra de la constancia que caracteriza a Ricard Gaju, y que le caracteriza en todas las facetas de su vida. Con sus 87 años de edad, es un hombre sano y activo que no deja pasar un día despejado sin observar y contabilizar las manchas solares.

¿Y Josep Costas?

Recuerdo como si fuera hoy mismo cuando mi padre me dijo “te presentaré un cliente que está chiflado como tú”. Era Josep Costas y de ahí surgió una larga amistad…

Él fue, además de un grandísimo aficionado, un tallador de espejos de primer orden…

Hicimos un curso de tallado de espejos, utilizando vidrios de claraboya, en SADEYA (La Sociedad Astronómica de España y América) muy activa en esos años. Fue muy interesante y tallé un espejo para mi uso personal. Josep Costas se centró en este tema y acabó tallando miles que vendía por doquier. Algunos eran extraordinarios y otros no tanto, pero el promedio era ciertamente bueno… A partir de ahí compartimos muchas observaciones planetarias y solares.

Fue a través de la red PDA…

Efectivamente, creamos un grupo de observadores que con este nombre (Pro Divulgación Astronómica) nos dedicamos a observar (y no a divulgar como pudiera parecer por el nombre). Muchas de las viejas glorias de la observación astronómica empezaron en este grupo informal dibujando Júpiter, Marte, la Luna, etc… incluso un jovencísimo Josep M. Oliver

Ricard no puede ocultar su orgullo mientras lo explica y me enseña “partes” de observación solar de la década de los 50 y de los 60 del siglo pasado, realizados por diversos miembros del grupo.
Ya que hablamos de observación solar, esta es, sin duda tu pasión. ¿Por qué recomiendas la observación solar?

Es muy interesante: el Sol casi siempre tiene objetos de interés y siempre va variando, tanto en sus manchas como las fáculas o las protuberancias. Su seguimiento es apasionante y fácil en luz integral, por proyección o usando un filtro H alfa. Además su observación es muy cómoda, durante el día y en el momento de la jornada que te sea más fácil compaginar con otras tareas y sin trasnochar…  

¿Qué es lo más interesante de la observación de las manchas solares?

Casi siempre veremos algo interesante en el Sol. Si observamos la nebulosa M42 la veremos siempre igual, pero con el Sol es muy distinto. Las manchas aparecen y desaparecen por su evolución y por el movimiento de la rotación solar. La morfología cambiará de forma imprevista aunque hay algunos patrones con los que casi podemos predecir sus cambios, pero errando a menudo… Hay grupos espectaculares, con sombras y penumbras, poros y zonas faculares…

Además están los periodos solares.

Es emocionante ver las nuevas manchas en una latitud alta cuando empieza un nuevo ciclo solar. Pero el período de 11 años, que parece hecho a medida para el seguimiento humano, no es único, existen otros periodos superpuestos, como, por ejemplo, el de cien años. Creo que estos explican este último “máximo” tan débil u otros mínimos históricos…

Tienes una larga experiencia en la observación solar…

En efecto, empecé la observación diaria desde el observatorio de la Agrupación Astronómica Aster en el Paseo de Gracia. Desde hace muchos años lo observo desde los balcones de mi domicilio. Tengo que decir que Max Waldmeier del Observatorio Federal de Zürich, coordinador durante años de las observaciones de manchas solares, me felicitó por mi constancia y por la estabilidad de mis estimaciones del número de Wolf. Mi factor “k” (factor corrector individual de cada observador para normalizar sus estimaciones) ¡fue de k=1!

¡Vaya! ¿Has tenido otros focos de atención en astronomía?

Muchos. Mencionaré, por ejemplo, mi interés hacia la radioastronomía de aficionado. Aproveché material obsoleto de RTVE para hacer trabajos de radioastronomía. Fue una experiencia muy interesante que realicé con Ramon Roure y Robert Estadella, pero las interferencias  humanas fueron un problema para obtener más resultados.

¿Cuáles son tus proyectos?

Seguir colaborando con la Agrupación en todo lo necesario, observar el Sol mientras pueda y ordenar todos mis papeles y registros…

Pues, por muchos años puedas seguir siendo un apasionado de la ciencia, de la astronomía y de la observación solar.