ASTRONÓMICA

DE SABADELL

Acceso Socios

Login

Nº de Socio
Contraseña *
Recordarme

¡Atención! Este sitio usa cookies y tecnologías similares.

Si no cambia la configuración de su navegador, usted acepta su uso. Saber más

Acepto

Una cookie es un pequeño fragmento de texto que los sitios web que visitas envían al navegador y que permite que el sitio web recuerde información sobre tu visita, como tu idioma preferido y otras opciones, lo que puede facilitar tu próxima visita y hacer que el sitio te resulte más útil. Las cookies desempeñan un papel muy importante, ya que sin ellas el uso de la Web sería una experiencia mucho más frustrante.

 

Para hacer que no vuelva a aparecer este mensaje, puede aceptar el uso de las cookies o bien debe configurar su navegador para que no acepte de forma predeterminada. A continuación les mostramos como hacerlo con los principales navegadores:

 internet explorer 10 logopng Google Chrome logo   Firefox-logo

Gracias por su atención.

JordiPresaSi tuviéramos que definir a nuestro colaborador del mes con una sola palabra, tarea que es casi imposible, me atrevería a probar con una: «constancia».

Jordi Presa es un hombre constante y persistente en las cosas importantes de la vida. Estudió arquitectura técnica y, aunque nunca ha ejercido de forma exclusiva la profesión, siempre ha sido una parte importante de su vida, la ha disfrutado a tiempo parcial y, quién sabe, quizás pueda dedicarle tiempo de forma más o menos regular cuando se jubile.

Por otra parte su profesión, como empleado de una importante entidad financiera, es otra muestra de estabilidad: 46 años trabajando en el mismo banco. Bueno, las circunstancias han ido variando y el banco ha cambiado varias veces de nombre, pero Jordi siempre ha permanecido fiel en la plantilla del mismo.

En lo que concierne a sus aficiones, es una persona polifacética. Le interesa la meteorología, la mineralogía y los fósiles. Pero su debilidad es la astronomía, cuya afición es igualmente estable y constante. Para comprobarlo les propongo esta prueba: elijan al azar un viernes de los últimos diez años. Comprueben mediante alguna web de meteorología si ese viernes estuvo despejado en Sabadell. Si es así, no tengan ninguna duda: Jordi Presa estaba ese día en el observatorio de la Astronómica tomando imágenes de supernovas...

Reunido con Jordi hace pocas semanas, mantuvimos una conversación que, a grandes rasgos, fue la siguiente:

¿Cómo empezó tu afición a la astronomía?

Bueno, tengo que decir que no me regalaron ningún telescopio por Reyes... —dijo sonriente, con su fino sentido del humor, recordándome que ha leído entrevistas previas en las que varios colaboradores dicen que su afición se inició con el consabido regalo de Reyes...

Pues, entonces, ¿cómo empezó lo tuyo?

Lo primero que recuerdo es que un amigo de bachillerato me enseñó un telescopio que se había construido él mismo y al anochecer me mostró Venus. Yo no creía que fuera posible observar un planeta con un telescopio construido por un aficionado, pero lo que vi me acabó decepcionado más que estimulando...

¿Por qué?

No vi fases y ni siquiera un objeto definido... eran cuatro, ¡cuatro! manchas borrosas inestables en el ocular.

¡Vaya!

Gran aberración, turbulencia y un telescopio mal alineado. Lo único que saqué en claro es que nunca me construiría un telescopio.

Bien... ¿y qué pasó después?

Yo vivía en Barcelona y un día vi un cartel que anunciaba una observación pública con telescopio, gratuita, Era en una asociación astronómica de Barcelona con un telescopio en pleno Paseo de Gracia...

Eso pinta mucho mejor que los cuatro venuses.

Pero fue poco afortunado. Justo antes de poner el ojo en el ocular el cielo se cubrió de nubes y no pude ver nada.

Eso ya es mala suerte.

Lo intentaron arreglar, de buena fe, pero lo estropearon más: al salir me regalaron una pequeña fotografía. Con cierto orgullo me dijeron que era el planeta Marte fotografiado con ese telescopio. Yo solo veía un circulito sin ningún detalle, ¡totalmente blanco!

Ja, ja, ja... el caso es que seguramente no era una mala foto, teniendo en cuenta que eran los años de la fotografía química y con un telescopio desde el centro de Barcelona...

A un neófito como yo esa fotografía solo podía desanimarle...

Pero está claro que no fue así.

Me mudé a Sabadell por temas personales y laborales. Un día me acerqué a la Agrupación y María Elena Sobrepere, entonces secretaria, me atendió y vi que aquello era otra cosa. Empecé a asistir a las sesiones de observación que se hacían los miércoles.

Eso era en el edificio de la Obra Cultural de la Caixa de Sabadell, en nuestros locales anteriores...

Sí. Algunas observaciones las hacíamos desde lo alto de la torre del edificio moviendo el telescopio de una ventana a otra. En otras ocasiones lo hacíamos desde una terraza anexa.

Entonces, como socio de la Agrupación ¿cómo empezaste a ser un asiduo?

Primero debo decir que participé en uno de los tres grupos de arquitectos que optaron al proyecto de construcción del Parc Catalunya. Aunque no ganamos el proyecto, algunas de nuestras ideas se incorporaron al proyecto final. No imaginé que el observatorio de la Agrupación, parte de ese proyecto, representaría después tanto para mí y que invertiría tantas horas en él.

Empezaste a introducirte en el mundo de las cámaras CCD...

Eso fue con Ferran Casarramona. Pasamos muchas horas juntos aprendiendo el uso de la CCD. Era una tecnología que nos fascinaba. Recuerdo que asistíamos a las observaciones de Justí Poch en el observatorio. Arrimados al cristal del área de control observábamos como Justí operaba la ST4, tomando notas de todo lo que hacía.

¿Cuáles fueron las observaciones que recuerdas con más cariño de esa época?

Fue impresionante obtener imágenes de la colisión del cometa Shoemaker-Levy 9 con Júpiter. Un acontecimiento mediático que pude vivir en directo gracias a la CCD, así como los cometas Hale Bopp y Hyakutake que fueron espectáculo a simple vista o con unos prismáticos. Todo ello se concentró entre los años 1994 y 1997.

Y fuera de los cometas mediáticos del momento, ¿qué imagen ha quedado grabada en tu mente?

El Quinteto de Stephan. Un grupo de galaxias en interacción que hace unos años estaba fuera del alcance del amateur y del que pudimos obtener imágenes desde el centro de Sabadell. Ahora es una cosa normal, pero a finales del siglo pasado era inaudito.

Pero hablar con Jordi Presa es hablar de supernovas. ¿Cómo empezó tu fascinación por estos objetos?

Fue de la mano de Justí Poch, Ferran Casarramona y de Xavi Puig, entre otros. Detectar estos objetos es apasionante y el reto de intentar descubrir uno, aunque sea una tarea casi imposible desde los cielos de Sabadell, es una magnífica excusa para tomar imágenes y para compartir unas horas de observación con los amigos.

Estáis observando supernovas desde hace años ¿cómo han evolucionado vuestras técnicas?

Al principio usábamos una CCD de chip diminuto, una ST4 y unos medios muy modestos. En la biblioteca de la Agrupación teníamos el programa Megastar e imprimíamos las cartas de localización de las galaxias...

Y ahora...

Tenemos el Megastar en la cabina de control, además de una gran base de datos. Tenemos imágenes tomadas desde el propio observatorio de muchas de las galaxias que monitorizamos. Así la comparativa es mucho más rápida. Además usamos internet, con sus bases de datos de imágenes, para comparar cualquier punto de luz sospechoso.

¿Quién compone el equipo?

Han participado conmigo muchas personas, como Xavi Puig, Montse Ribell, Óscar Rivera, Carme Bastús, etc. Actualmente el grupo lo forman Manel Aladid, coordinador, Octavi Guillamon, que comparte noches de observación conmigo desde hace muchos años y yo mismo.

¿Cómo superáis las falsas alarmas?

De entrada tomamos tres imágenes de cada galaxia, por lo qu e ya no nos sorprende un pixel defectuoso que no aparece en las otras dos imágenes. Lo más delicado son las estrellas cerca del núcleo ya que se confunden con la imagen del núcleo y son difíciles de discriminar en las imágenes de nuestra base de datos o de internet.

Pero buscar nuevas supernovas desde el centro de Sabadell es una tarea estadísticamente casi imposible.

Somos conscientes de ello. Alcanzamos la magnitud 16 si sabemos donde está un diminuto punto de luz, pero sin la posición sabida de antemano es difícil percatarse de nuevas estrellas de menos brillo que la magnitud 15. Pero ahora nuestro objetivo no es descubrir supernovas.

¿Cuál es?

Tomar imágenes de galaxias y de cielo profundo, pasar un buen rato de observación con los amigos y, algunas veces, hacer fotometría de supernovas... sin descartar nada, ya que seguimos buscando el milagro.

Tú que conoces multitud de galaxias ¿cuál destacarías?

NGC 6946, es una espiral amplia y bella en la que han aparecido muchas supernovas... siempre que podemos le echamos un vistazo. Además tiene su anécdota. Pese a seguirla tan a menudo ¡justo le apareció una supernova un día en el que no pudimos ir al observatorio!

¡Vaya! Y la última pregunta: ¿cuáles son tus proyectos de futuro?

Seguir trabajando con las supernovas, pero me gustará empezar a utilizar remotamente el telescopio de nuestros observatorios en el Montsec...

Con él, sin duda, se abren nuevos horizontes...

 

¿En qué consiste tu colaboración con la Agrupación?

Además de ser miembro del grupo de observadores de supernovas, colaboro en lo que puedo. Hace años fui miembro de la Junta Técnica y de la Junta Directiva de la Agrupación. En la actualidad hago de monitor en sesiones públicas de observación para los socios o para el público en general.