ASTRONÓMICA

DE SABADELL

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Manel Polanco

Nuestro colaborador del mes es ingeniero industrial y su formación de base nos dice mucho sobre como vive su afición a la astronomía. Es cierto que le gusta la observación visual, que es un experto en astrofotografía, que le fascina el Universo en lo más amplio de la palabra, pero realmente lo que es disfrutar lo consigue trabajando concienzudamente haciendo cosas diferentes.

Me refiero a que es de las personas que le gusta llegar al fondo de las cosas y, en su caso, exprime hasta la última gota los instrumentos con los que trabaja para obtener el rendimiento más óptimo. Esto implica conocer a fondo la mecánica de su montura, mejorándola al máximo, la electrónica de su CCD y las técnicas para obtener el mejor resultado en astrofotografía. Todo ello compaginado con un gran afán por conocer, documentándose a fondo y con un alto grado de autoexigencia.

Por esta razón es por la cual su reto, más que el resultado final de una fotografía, es el sumatorio de todo lo anterior para alcanzarla, y se autoimpone objetivos ambiciosos en la mejora de su instrumental y en depurar sus técnicas para acercarse a la perfección. Esto implica que casi nunca considera que el resultado final sea el óptimo y sigue trabajando sin darse por satisfecho totalmente. Me ha recordado, en cierta manera, la poesía de Antonio Machado: «caminante no hay camino, se hace camino al andar...»; sin preocuparle tanto el destino final del andar, disfruta más del camino mismo.

He tenido la ocasión de conocer mejor a Manel Polanco en una entrevista que mantuvimos recientemente en una cafetería de Sabadell; su desarrollo fue, aproximadamente, el siguiente:

¿Cómo empezó tu afición a la astronomía?

Soy socio de la Agrupación desde hace unos 7 u 8 años, pero mi afición se fraguó muchos años antes...

¿Qué es lo primero que recuerdas?

En realidad lo primero ni lo recuerdo; me lo han contado. Tenía 3 años de edad cuando mi padre me llevó a un bar para ver la televisión, ya que en casa no teníamos. Pude ver en directo como el primer hombre pisó la Luna y mi padre me dijo: «esto es único; no lo volveremos a ver en la vida».

De hecho los vuelos de los Apolo continuaron, pero tenía razón: el primero fue irrepetible.

Lo que sí recuerdo bien son las primeras sondas que exploraron el Sistema Solar. Las Pionner y las Voyager me impactaron sobre todo por sus imágenes de Júpiter y Saturno...

¿Y en lo que se refiere a la observación?

Mis primeros recuerdos son difusos, se refieren a la observación de estrellas fugaces y a la Vía Láctea en verano. Después empecé a usar unos prismáticos y creo que fue la visión del cometa Hale Bopp lo que acabó reactivando mi afición.

¿Qué te decidió a ingresar en la Astronómica?

Me impresionó una visita al Observatorio Fabra en una de las cenas que se realizan en sus dependencias: observar la Luna con aquél refractor histórico me impresionó. Después me hice socio de la Agrupación. Seguí todos los cursos que pude y empecé a introducirme en la afición con el grupo de debutantes y colaborando con el de estrellas dobles.

Entonces aún no disponías de un telescopio...

Finalmente adquirí un Celestron de 20 cm con montura alemana. En esa época hacía observación visual, pero poco después empecé a obtener fotografías con una cámara réflex: empecé por la Luna y pronto Júpiter y Saturno. También los primeros objetos de cielo profundo. La astrofotografía me fascinó.

¿Cómo evolucionó tu afición?

Me apasioné con los telescopios, su mecánica, agotar sus posibilidades, analizar sus defectos y virtudes... así lo hice con un refractor de 75 mm apo Pentax, con un Newton Orion Optics de 20 cm, un doblete Vixen de 100 mm y, finalmente, con un Celestron de 280 mm…

Pero eso... ¡es coleccionismo de telescopios!

No puedo evitarlo, pero puedo decir que los exprimo, aprovechándolos a fondo. Por ejemplo, el Newton de 20 cm lo he rentabilizado aprendiendo mucho con imágenes de cielo profundo: todos los Messiers y multitud de NGCs. Con el Celestron he disfrutado de imágenes impresionantes, y el análisis de su montura CGEM fue un reto para mejorarla y sacar de ella todo lo posible pese a algunos problemas y a tener una focal tan larga.

¿Desde donde observas?

Me he desplazado con mis equipos pero, en la actualidad, tengo un pequeño observatorio con techo corredero en Viladecavalls (Barcelona).

Tendrás movilizada toda la familia con tu afición a la astronomía y con tantos telescopios...

Mi esposa siente curiosidad por este tema y mis hijos, con solo cuatro años de edad, me preguntaron no hace mucho por una estrellita que veían cerca de Venus: ¡habían descubierto Mercurio! —Manel lo dice riendo, con evidente satisfacción o más bien orgullo.

¿Cuáles son tus objetos astronómicos favoritos en la observación visual?

Recuerdo imágenes impresionantes de M42 con el telescopio Celestron de 280 mm y, sobre todo, Saturno a gran aumento.

¿En qué consiste tu colaboración con la Agrupación?

Soy miembro del grupo de astrofotografía que coordina Àlex Puig y que inició Josep Maria Drudis. Con Albert Moncada y muchos más nos reunimos para compartir experiencias. Organizamos talleres temáticos especializados en los que el miembro que conoce bien una técnica la explica a los demás. Por ejemplo, hemos organizado talleres de autoguiado o de tratamiento de imágenes usando distintos softwares.
Por otra parte en la Agrupación imparto cursos de astrofotografía. En concreto, últimamente el «Curso básico de astrofotografía» y el «Curso de fotografía de cielo profundo».

Pero lo tuyo es la astrofotografía. ¿Cuál es la imagen de la que te sientes más orgulloso?

En eso, al contrario del caso de la observación visual, lo que me reta es la obtención de imágenes de objetos más pequeños y más difíciles; por ejemplo galaxias lejanas en interacción. Entre mis imágenes favoritas destaco el cúmulo NGC 2264, también llamado «del árbol de Navidad» en Monoceros, y IC 2118, la nebulosa de la «cabeza de la bruja» en Orion, no lejos de Rigel. Como ves me gusta la fotografía de invierno, las noches son más largas y puedo trabajar con más tiempo.

Sin embargo no es fácil ver imágenes tuyas publicadas. ¿Por qué?

Por dos motivos. Por una parte porque soy muy meticuloso y no me doy por satisfecho fácilmente. Aunque son buenas imágenes, me autoexigo una gran calidad para sentir que es un trabajo de mérito. Busco la perfección. Por otra parte, mi interés hacia la divulgación lo desarrollo de mejor manera explicando las técnicas de astrofotografía, más que divulgando mis imágenes.

¿Cuáles son tus proyectos?

El proyecto inmediato es sacar el máximo rendimiento de mi última adquisición: un tubo Newton de 30 cm a f/4 con mi CCD QHY9. Pero tengo también un proyecto más a medio plazo que compagina mi afición a la astronomía con mi afición a la mecánica: ¡Voy a construirme una montura ecuatorial!

¡Menudo reto! Pero recuerda: con el 95% de la perfección puede ser suficiente...