15 diciembre 2022
Los astrónomos buscaron algo que se acerca a la nada, el brillo residual del Sistema Solar. A través de 200.000 imágenes del archivo del Telescopio Espacial Hubble se hicieron decenas de miles de mediciones para buscar cualquier brillo de fondo residual en el cielo. Se sustraían la luz de las estrellas, las galaxias, los planetas y la luz zodiacal. Sorprendentemente, quedó un brillo fantasmal y débil. Es equivalente a la luz constante de diez luciérnagas repartidas por todo el cielo. La fuente probable son innumerables cometas: bolas de nieve polvorientas que vuelan libremente y que caen hacia el Sol desde todas las direcciones, arrojando polvo a medida que los hielos se subliman debido al calor del Sol. De ser real, sería un elemento arquitectónico recién descubierto. Esta idea se ve reforzada por el hecho de que en 2021 otro equipo de astrónomos utilizó datos de la sonda espacial New Horizons de la NASA para medir también el fondo del cielo. Las mediciones de la New Horizons se realizaron a una distancia de unos 7.000 millones de km del Sol, muy lejos del ámbito de los planetas y asteroides donde no hay contaminación por polvo interplanetario. New Horizons detectó algo un poco más débil que aparentemente proviene de una fuente más distante que la que detectó el Hubble. La fuente de la luz de fondo vista por New Horizons también permanece sin explicación. Más información en el Hubble.