4 marzo 2020
Los agujeros negros estelares formados tras el colapso de una estrella masiva tienen un campo tan intenso que ni la luz puede escapar de ellos, pero existen mecanismos a través de los cuales pueden alimentar el medio interestelar, expulsando a través de chorros o estallidos parte del material que queda atrapado en su disco de acreción. Un grupo internacional de astrónomos ha observado durante 178 días la evolución del material expulsado por el agujero negro MAXI J1820+070, o J1820. Es un sistema binario formado por el agujero negro y una estrella parecida al Sol. El agujero negro absorbe material de su estrella compañera que, en su caída, se calienta y emite rayos X, y en ocasiones pueden desarrollar un chorro bipolar que expulsa parte del material que es visible en ondas de radio. Más información en el IAA.