12 noviembre 2018
El desierto de Atacama, Chile, es el más seco y más antiguo de la Tierra. Hace al menos 500 años que no se registraban lluvias en el corazón del desierto, pero eso no ha impedido que hayan microorganismos capaces de tolerar los altos niveles de desecación y radiación. Sin embargo, durante los últimos tres años, ha llovido de forma significativa en esta zona, lo cual ha provocado la aparición de lagunas hipersalinas que han persistido durante meses. Un estudio, liderado por el Centro de Astrobiología (CAB/CSIC-INTA), concluye contrariamente a lo que cabría esperar, que el aporte de agua ha causado una enorme devastación en las especies microbianas, por un exceso osmótico. El desierto de Atacama, por su extrema aridez, es un lugar parecido a la superficie de Marte. El planeta Marte tuvo un periodo durante el que albergó mucha agua en su superficie, por tanto si hubo vida debió aparecer en este periodo. Después, Marte perdió su atmósfera y su hidrosfera, convirtiéndose en el mundo seco y árido. Pero en algunos momentos posteriores grandes volúmenes de agua excavaron su superficie en forma de canales. Si aún existían comunidades microbianas resistiendo el proceso de desecación extrema, se habrían visto sometidas a procesos de estrés osmótico similares a los de Atacama. Más información en el CAB.