28 julio 2022
En el año 2009 se descubrieron en la Luna unos pozos profundos que, desde entonces, nos hemos preguntado si conducen a cuevas que podrían usarse como refugio porque ofrecerían cierta protección contra los rayos cósmicos, la radiación solar y los micrometeoritos. Algunos de ellos son probablemente tubos de lava colapsados. Observaciones del Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA y modelos informáticos han descubierto que en algunos de ellos hay ubicaciones sombreadas que siempre rondan unos cómodos 17 grados centígrados, que contrastan mucho en comparación a la superficie que se calienta hasta alrededor de 127 C durante el día y se enfría a menos 173 C por la noche. Dos de los pozos más prominentes tienen voladizos visibles que conducen claramente a cuevas o vacíos, y existe una fuerte evidencia de que el saliente de otro también puede conducir a una cueva grande. La foto muestra el pozo Mare Tranquilitatis que tiene unos 100 m de profundidad y el ancho de un campo de futbol y cuya temperatura interior oscila poco alrededor de los 17 C. Más información en la NASA.