19 diciembre 2019
Una de las preguntas sobre el Universo primitivo es conocer como los agujeros negros supermasivos pudieron crecer tanto en una etapa tan temprana del Universo. Astrónomos del Instituto Max Planck, en Alemania, han observado a través del Very Large Telescope del ESO, densas nubes de gas frio alrededor de los primeros cuásares. El trabajo se centró en el estudio de 31 cuásares, vistos como eran hace más de 12.500 millones de años, en un momento en que el Universo todavía era un bebé y contaba con tan solo unos 870 millones de años de edad. Descubrieron que 12 de los cuásares estaban rodeados por enormes halos de gras frio y denso de hidrógeno que se extienden 100.000 años luz desde los agujeros negros centrales y con miles de millones de veces la masa del Sol. Estas nubes son el alimento perfecto para que los agujeros negros crezcan rápidamente y que las galaxias puedan fabricar estrellas a alta velocidad. Más información en el ESO.