10 mayo 2019
El telescopio espacial Spitzer de la NASA ha revelado que las primeras galaxias, formadas a menos de 1.000 millones de años después del Big Bang, son mucho más brillantes en infrarrojo de lo esperado. En estos momentos no se sabe en qué momento se formaron las primeras estrellas. El Spitzer observó 135 galaxias distantes y descubrió que todas eran particularmente brillantes en dos longitudes de onda específicas de luz infrarroja producidas por la radiación ionizante que interactúa con los gases de hidrógeno y oxígeno dentro de las galaxias. Esto implica que estas galaxias estaban dominadas por estrellas jóvenes y masivas compuestas principalmente, aunque no solo, de hidrógeno y helio. No fueron las primeras estrellas en formarse, porque habrían estado compuestas únicamente de hidrógeno y helio, pero aún eran miembros de una generación muy temprana de estrellas. Estos resultados brindan nuevos detalles sobre cómo evolucionó el Universo en el momento de la reionización y cómo se desarrolló esta transición. Más información en RAS.