8 septiembre 2018
A través del instrumento ALMA, con la ayuda de una lente gravitacional, se ha observado el “viento” de moléculas más distante, en una galaxia cuando el Universo solo tenía la edad de mil millones de años después del Big Bang. Observando la salida de moléculas de hidroxilo (OH) que se producen cuando hay estrellas en formación, se ha visto como las galaxias en el Universo temprano expulsan la energía creada por la formación de nuevas estrellas. Estas galaxias forman estrellas a un ritmo de entre cien y mil cada año. Para evitar quemarse en un breve resplandor de gloria, algunas galaxias retrasan su nacimiento estelar expulsando vastas reservas de gas en sus halos. Algunas veces el gas vuelve a llover lentamente en la galaxia, desencadenando futuros estallidos de formación estelar. Más información en el NRAO.