4 abril 2015
Se supone que agujeros negros supermasivos en algunas galaxias provocan grandes vientos que expulsan el gas interestelar de sus galaxias. La expulsión de este gas puede agotar sus reservas y provocar que no se formen nuevas estrellas a gran escala. La primera evidencia de este escenario se ha conseguido gracias a la combinación de dos instrumentos observando la galaxia IAS F11119+3257: en infrarrojo lejano que detecta grandes chorros de gas y en rayos X que detecta los vientos muy cerca del agujero negro. Esta galaxia es del tipo Ultra-Luminous InfraRed Galaxy (ULIRG) y tiene un corrimiento al rojo de 0,189, lo cual la sitúa a dos mil millones de años luz. Este tipo de galaxias se supone que son debidas a choques de galaxias muy masivas. Más información en ESA. (Imagen: ESA/ATG).