26 mayo 2020
La formación del Sol, del Sistema Solar y la posterior aparición de la vida en la Tierra podría ser consecuencia de una colisión entre nuestra galaxia, la Vía Láctea y una galaxia más pequeña llamada Sagitario, que la orbita. La galaxia Sagitario golpea repetidamente el disco de la Vía Láctea a través de las fuerzas gravitacionales a lo largo de su órbita. Estudios anteriores ha sugerido que las colisiones con Sagitario, una galaxia enana, han tenido un profundo efecto en el movimiento de las estrellas de la Vía Láctea. Podría ser, incluso, que la estructura espiral podría ser debida al menos a las tres últimas colisiones con Sagitario en los últimos seis mil millones de años. Un nuevo estudio, a través de los datos de la última publicación de Gaia, han revelado que las ondas de las colisiones podrían haber desencadenado episodios importantes de formación estelar, uno de los cuales coincidió aproximadamente con el momento de la formación del Sol hace unos 4.700 millones de años. Más información en Gaia y en el IAC.