29 septiembre 2019
“Somos polvo de estrellas”, dijo Carl Sagan. Nuestra materia está forjada en los corazones de las estrellas; cuando miramos el Universo nos vemos a nosotros mismos. Esta es una visión poética, pero en algún modo cierta. La radioastronomía nos da una visión del cosmos que hay que pasar a través de computadoras para poderla entender. En medicina pasa lo mismo cuando analizamos el cuerpo a través de técnicas no invasivas, como la resonancia magnética. Los expertos en ambos campos se enfrentan a desafíos similares, por lo que sería útil si pudieran aprender unos de otros. Este es el objetivo del proyecto Cells to Galaxies: encontrar una manera de construir un puente entre los dos campos. A pesar de las similitudes hay cambios significativos; por ejemplo, en una imagen médica se puede confirmar el diagnóstico en el quirófano, cosa que no ocurre en las galaxias lejanas. Pero las técnicas de reconstrucción de imágenes tienen muchos puntos en común. En abril de 2019, se hizo una primera reunión para discutir si los dos campos tienen algo en común. Hay planes para tener una reunión de colaboración más formal en la primavera de 2020. La imagen es un “radiografía” del monóxido de carbono en la galaxia Sculptor. Más información en el NRAO.