Messier 8 es otra de las nebulosas más fotografiadas del firmamento. Su accesibilidad desde ambos hemisferios, su alto brillo total junto a su gran tamaño (debidos fundamentalmente a su cercanía: 4.300 años luz) la convierten en un objetivo habitual. Esta nebulosa fue observada ya en 1654 (o anterior) por el astrónomo italiano Giovanni Battista Hodierna (este astrónomo fue un predecesor de Messier, ya que preparó un catálogo con unos 40 objetos nebulosos con el fin de no confundirlos con potenciales cometas...). En el catálogo de Hodierna ya aparecen M 6, M 8, M 31, M 33, M 34, M 36, M 37, M 38, M 41, M 42 y M 47. Posteriormente, Flamsteed (1680) y Chéseaux en 1746, Le Gentil en 1747 y La Caille en 1752, la registraron antes que Messier lo hiciera en 1764. La estrella brillante 9 Sagittarii, de clase espectral O5, que se sitúa en el centro de la imagen, es la responsable de calentar/iluminar la nebulosa.
La imagen de este mes, tomada solamente con filtros de banda estrecha, se ha procesado de tres maneras diferentes, aportando resultados distintos. El telescopio usado es un CDK de 51 cm de abertura, f/6,8, situado en el Observatorio Siding Spring (SSO), Coonabarabran, Australia. La cámara es una SBIG STX 16803 de 4.096 x 4.096 píxeles. Se trata de una toma de 33 x 31 arcmin; por tanto de un detalle de la misma, ya que la nebulosa completa es mayor.
Primer procesado: color «natural»
Se pueden usar las imágenes tomadas con filtros de banda estrecha para obtener un color muy cercano al color natural. De hecho, el espectro de la nebulosa contiene, esencialmente, las líneas de emisión de Hβ (486,1 nm), OIII (498 nm), Hα (656,3 nm) y SII (672 nm). A ellas se le suma un fondo de continuo que es detectable con los filtros de banda ancha pero que fundamentalmente no hace cambiar el color del conjunto, siendo este continuo claramente menos intenso que las líneas de emisión. Este espectro se puede reproducir a la hora de «mapear» el color. Para la foto de este apartado, las imágenes se codificaron como: Hα como rojo y como 14% de azul (para aportar la contribución de Hβ ); OIII se codificó como verde y como azul (el color real de la línea de OIII es una combinación 50/50 de ambos colores) y SII se codificó como rojo. En este caso el espectro visible de la nebulosa se reproduce bastante bien. Como luminosidad se usó una combinación de las emisiones de los tres filtros, con deconvolución de diversos tipos.
Segundo procesado: paleta Hubble
La paleta de colores llamada Hubble, por ser el equipo que procesaba estas imágenes el que lo introdujo, es una combinación de colores que tiene sus partidarios y sus detractores. Habitualmente se la llama de color falso , pero su objetivo no es en absoluto reproducir los colores reales, como muy frecuentemente los astrofotógrafos intentan, sino destacar las diferencias de composición mediante «mapeados» distintos del color natural, lo cual aporta más detalles a la foto. De esta forma se puede claramente distinguir entre los dos rojos presentes en las nebulosas, SII y Hα . Esta paleta combina SII como rojo, Hα como verde y OIII como azul. Los resultados finales varían en función del resto del procesado.
Tercer procesado: composición cualitativa y cuantitativa
Así como la paleta Hubble aporta una más fácil distinción entre los componentes de la nebulosa en función del color, la descripción más cuantitativa de los mismos es más difícil, ya que se basa en la intensidad del color, y esto puede inducir a errores. De esta forma se puede intentar crear una foto en color falso, pero previamente separando cada imagen en capas en función de la intensidad de la señal. De esta forma Hα queda convertido en seis capas, OIII en siete capas y SII en seis capas. Cada capa se codifica a un color ligeramente diferente: Hα empieza con rojo y 14% de azul, yendo a color magenta y rosa con intensidades crecientes. OIII empieza en verde azulado moviéndose a azul con intensidades crecientes y SII empieza en rojo desplazándose a naranja con intensidades crecientes. Se añaden a éstas las fotos originales (3) que se codifican como color real (ver «Primer procesado»).
En total se combinan 22 colores en toda la gama del espectro, aportando una imagen poco habitual pero con más información de lo que las otras pueden dar. De todas formas, el principal inconveniente de esta metodología es el prolongado tiempo a dedicar en el procesado... esta foto ha necesitado unas 60 horas de trabajo... El siguiente paso es combinar las tres fotos, a proporciones diferentes, pero esto ya es un juego estético (aunque el resultado no es nada malo...).
La próxima foto será una galaxia un poco especial: M 83. El autor puede ser contactado en: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.